San Agustín de Hipona dijo una vez: “Si nadie me lo pregunta, lo sé; si quisiera explicarlo a quien me pregunta, no lo sé”.
Imagina que tienes una jarra de agua. Puedes medirla, pesarla, gestionarla y administrarla. Lo mismo sucede con unas galletas, dinero o tus bienes, entre cientos de objetos más. Pero, ¿qué hay del tiempo? Si te pregunto: ¿qué es el tiempo? ¿Cómo lo explicarías? Y, dicho esto, ¿cómo pretendes administrarlo? Estamos bombardeados con mensajes de no procrastinar, de cómo gestionar nuestro tiempo, de cómo ser más productivos, de cómo hacer más en menos tiempo. Pero si no sabemos qué es el tiempo, ¿cómo podemos usarlo a nuestro favor?
No vengo a decirte qué es el tiempo, ya que ni los físicos logran ponerse de acuerdo en lo que es o cómo se usa. Pero quiero que por un momento consideres: si ellos, con el equipo y conocimiento para poder explicarlo, no logran hacerlo, ¿por qué nos empeñamos en querer manipularlo? Solo por poner un ejemplo, creemos que el tiempo es simultáneo para todos. Esto nos lleva a pensar que si caen dos rayos de forma simultánea, será igual independientemente de nuestra posición en el espacio. Pero Einstein propone que si viajas en un transporte lo suficientemente rápido, y vas del punto donde cae el primer rayo hacia donde cae el segundo, vas a percibir que cae primero el más cercano, dando inicio a la teoría de la relatividad.
Entonces, ¿el tiempo es subjetivo? Todo indica que sí. Y así como en una fiesta alguien que se la pasa muy bien siente que el tiempo pasa rápido, quien se la pasa mal siente que el tiempo va muy lento. Aunque la relatividad es mucho más compleja, esto solo es para que consideres: ¿por qué quieres controlar algo que vives cada día, pero que no conoces realmente? Si el presente está condenado a quedar en el pasado y queda condicionado al futuro, pero el futuro no ha pasado, ¿qué es realmente el presente? Y si el presente es este momento que se extiende al instante siguiente, ¿cuál es la diferencia con lo eterno? ¿Acaso tu presente es eterno? ¿O por cuánto dura tu ahora?
Tan solo piensa en algo de tu pasado. Si se supone que el pasado ya se fue, ¿por qué vuelve a existir en el presente? Cada una de tus decisiones en la vida no va a desaparecer en el pasado. Creer que las cosas pierden importancia solo porque ya pasaron es sesgar el tiempo. Si analizas realmente, el pasado influye en tu futuro. En un juego de naipes, si dejas pasar las cartas que te pueden dar la victoria, estás sentenciando tu futuro, porque ya no podrás ganar.
Por un momento considera que el pasado, presente y futuro realmente son uno solo. Así como en la última película en la que pausaste para ir por más golosinas o regresaste para prestar atención a algo que te causó curiosidad. Si te pones en pausa y analizas todo el recorrido que ha llevado la película de tu vida, ¿crees poder predecir cosas de tu futuro? En una película, los protagonistas ya están condenados a un destino. Adelantes o detengas la película, el guion ya está escrito. Pero en el momento en que el fotograma se visualiza en el monitor, cada protagonista desconoce lo que sucederá.
Posiblemente nosotros estemos viviendo una vida como la de una película, donde tengamos un destino fijado, o tal vez tengamos cierto rango de finales posibles. Pero es cierto que, al ser los protagonistas, no podríamos controlar la secuencia de visualización de nuestra película, así como Jack no podrá detener su película para evitar que se hunda el Titanic.
Con esta letanía solo pretendo que analices el tiempo como un bloque conjunto y no como eventos aislados. Desde esta perspectiva, verás que realmente puedes moverte en el tiempo a placer siendo consciente de ello. Puedes dejar en tu pasado un billete en una chamarra para que en tu futuro te des un regalo, o puedes pasar procurándote el futuro para que, cuando recuerdes el pasado, veas que realmente diste un salto en el tiempo y dejaste bastante tiempo muerto. Al final, lo que hagas con tu tiempo solo te incumbe a ti.
Espero que este soliloquio te ayude a ver cuáles son las acciones que puedes tomar y la perspectiva que te puede ser útil, ya que el tiempo solo es para vivir. Por el momento me despido, no sin antes decirte: pórtate mal, cuídate bien, niégalo todo y finge demencia.
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Pórtate mal, cuídate bien, niégalo todo y finge demencia... Nos leemos hasta la próxima, chao.